Hola a todo los viajeros y no viajeros. Hoy nos adentraremos un poco más en El entierro del Conde de Orgaz, explicando una de sus dos partes: la terrenal.
Primeramente nuestra mirada se dirige a la escena del milagro debido, sobre todo, a las vestiduras doradas y ricamente decoradas y detalladas de los dos Santos. En la dalmática de San Esteban se ve una escena de su martirio y la mitra de San Agustín parece realmente bordada con hilos preciosos.
El rostro de don Gonzalo tiene un color propio de un difunto y en su armadura se refleja el rostro de San Esteban con increíble realismo.
A la derecha, el sacerdote de espaldas, viste un sobrepelliz con unas transparencias magníficamente conseguidas.
Entre los caballeros podemos ver a los hermanos Diego y Antonio de Covarrubias y el autorretrato de el Greco, que mira de frente e introduce al espectador en el cuadro.
También hay un niño que mira de frente y que nos señala el milagro. Del bolsillo de éste, sale un pañuelo con la firma del pintor y el año de nacimiento del niño (1578), tratándose del hijo de Doménico, Jorge Manuel Theotocópuli.
Aunque el milagro ocurriera en el siglo XIV, los personajes visten trajes del siglo XVI, incluso el difunto.
Algunos caballeros levantan su mirada y miran cómo el alma asciende al cielo.
Es curiosa la posición de las manos que coinciden en casi todos los personajes del cuadro, señalando tres de ellas el milagro.
El ángel que transporta el alma del conde forma un escorzo maravilloso y une la parte terrenal y la celestial.
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